De sinople su piel, cómo no,
y de gules sus ojos malditos.

A la sombra del Sol,
como réplica al fiero asesino,
dejó caer una flor
como quien deja caer un suspiro
envenenado de amor
condenado por siempre al olvido.

 

– Eqhes DaBit –
– 24, abril, 2013 –
– Sant Carles de la Ràpita (España) –