«Me siento mareada, confusa. Me da vueltas la cabeza. Siempre fui un tanto obtusa, pero hoy siento mi cuerpo más lento y pesado de lo habitual. Estoy segura de que no sufro de ninguna enfermedad rara, simplemente se trata de que de un tiempo a esta parte me agobia pensar en mis responsabilidades y ello me produce náuseas y otros achaques. Siento que las horas pasan por mí muy a mi pesar. Quisiera parar un momento a meditar. Desearía poderme dedicar un minuto. Sueño regalarme algún segundo en soledad. Pero mi trabajo es tan importante que no me queda más remedio que dedicarme a él en cuerpo y alma, sin pausas. Debo marcar el compás de los tiempos en fracciones de sesenta minutos. Simple, sí, pero ha de hacerse en jornada intensiva los 365 días del año. Si me paro pondré en riesgo la vida útil de mis compañeros y compañeras de viaje y esa carga sí que no podría soportarla. Seguramente pierdo el tiempo pensando en mi insignificante vida. Quizá ni siquiera le importe a esos que con tanto ahínco me miran. Quizá, si me parase en seco…»

Sí, parece mentira, pero justo en ese momento se le acabó la pila al reloj. Se murió sin avisar mientras ella me contaba su historia. Por un momento dudé, pues me hubiera gustado revivirla y explicarle que no todo dependía de ella, pero enseguida entendí que era mejor dejarla descansar. A fin de cuentas, no era tan imprescindible como creía y nadie, ni siquiera yo, la va a echar en falta y sino, tiempo al tiempo.

 

– Eqhes DaBit –
– 28, octubre, 2013 –
– Sant Carles de la Ràpita (España) –