Mi a diario habla de ti. Me suspira por sorpresa recuerdos breves que me sonríen a tu vera. Vale. Se le antoja tierna una de tus muecas inconscientes y se recrea en el momento en que te la hice notar. Bueno. Me convenciste para enmudecer y ahora disfruto de tal silencio porque otra actitud no compensa. Quizá debiera acallarlo a diario, pero similares silencios han matado y, si no te importa, no me compartiré más contigo, pero me lo hablo. Aprehendo que saberte soñable nada más debe de ser de algún modo confortable. ¿De acuerdo? Claro, pues no te has de enterar y yo me engaño.

 

– Eqhes DaBit –
– 6, noviembre, 2013 –
– Sant Carles de la Ràpita (España) –