Varios le llaman loco a un señor bajito que en crecer no insiste. El ego del tamaño de su dueño. Un hombre calvito. Una risa floja bajo un sombrero en pico del color del fuego. De mejillas tímidas y corazón valiente. La nariz fisgona y los ojos claros de mirar al cielo. Unos pantalones anchos, azules, caídos como gandules. Coronadas las piernas por un tronco vestido de amarillo añejo, viejo, como el sujeto. Un tipo risueño con barba blanca como un famoso obeso de aire norteño. Sin tiempo para sentirse triste juega como poseso. Salta. Corre. Vuela. Se divierte y, cuando menos, sonríe, que no es poco.

 

– Eqhes DaBit –
– 18, Diciembre, 2014 –
– Sant Carles de la Ràpita (Espanya) –