Se siente privilegiada. Si ahora tuviera en frente un espejo se sonreiría ilusionada. Cuando está sola llora. Lagrimea emocionada. Se sabe única en su especie. Ha vivido cientos de historias. Ha sentido en sus carnes forradas de terciopelo rojo todas y cada una de las emociones conocidas. Su estructura de madera ha soportado con éxito el peso del paso del tiempo. Pero no hay más como ella en ese viejo teatro; quizá tampoco en el resto del mundo. El público, que la llena de vida, sólo atiende al escenario. Es y está, la cuestión es si algún día habrá quien reconozca su existencia a esa concreta butaca colorada.

 

– Eqhes DaBit –
– 20, Març, 2015 –
– Teatre Tívoli; Barcelona (España) –